Llevo tiempo dándole la vuelta a la idea de crear un blog, pero no se porqué he esperado hasta ahora, supongo que el hecho de llevar una semana metido en casa aplacando una gripe me ha dado tiempo para pensar en ello, asi que aquí estoy.
El blog estará dedicado principalmente a temas asiáticos, aquello con lo que más disfruto y que es mi actual campo de estudio.
Para dar el pistoletazo de salida me gustaría utilizar la introducción a un ensayo que escribí esta semana pasada para una asignatura del Máster de Asia Oriental que se imparte en la Universidad de Salamanca. El trabajo trata sobre la cuestión de la existencia de valores orientales opuestos a los occidentales.
Hace unas semanas apareció en los medios de comunicación una noticia sobre China que me llamó la atención más que por las imágenes y el discurso expuesto, por lo que se podía leer entre líneas.
La noticia en cuestión estaba en relación con el nuevo censo que el gobierno chino ha puesto en marcha con el fin (según el noticiario) de asegurarse que la política del “Hijo Único” no se violase. Acto seguido una serie de imágenes mostraban unas máquinas derruyendo un conjunto de viviendas; sobre una de ellas, en señal de protesta, uno de sus supuestos habitantes se inmolaba. No fue tanto la impresión de ver estas imágenes como el hecho de que enseguida se acudiese a la “falta de derechos humanos” como telón de fondo de la escena lo que me llamó la atención.
No es común ver noticias sobre Asia Oriental en los medios de comunicación españoles, y menos aún noticias que traten el horizonte asiático de manera objetiva (no digamos ya positiva). Atendiendo a las pocas noticias que nos “caen” desde los medios, da la impresión de que Asia es un lugar donde sólo ocurren desastres naturales, acontecimientos deportivos y donde la democracia y las libertades brillan por su ausencia.
En este sentido, la protesta de un solo hombre sirve para generalizar sobre todo un país de más de 1.000 millones de habitantes. La destrucción de un grupo de casas provoca la protesta de sus habitantes, esto es lógico, pero a su vez, para los ojos de estos periodistas, es sintomático de algo mucho más generalizado: la carencia de derechos humanos.
Esa misma semana, se pusieron al descubierto las filtraciones que en EEUU se estaban llevando a cabo con razón de las torturas a prisioneros en Irak. Esa misma prensa no dudó en poner en tela de juicio la actuación de las tropas estadounidenses durante y después de la guerra. Existen críticas, tanto dentro como fuera del país americano, por supuesto, pero en ningún momento se alude con tanta facilidad a los Derechos Humanos y su violación. ¿No es un valor universal? ¿No se benefician todos los seres humanos de él?
Se condenan los excesos de los gobiernos occidentales, eso no se discute. Lo que es igual de condenable es la utilización de este “valor universal” como arma de doble filo únicamente válido para atacar a Oriente. Gobiernos y prensa se esfuerzan en hacernos creer que los valores de libertad y democracia son algo inherentes a la “Civilización Occidental” y que realmente no es necesario promoverlos hacia dentro sino todo lo contrario, hacia los “no-occidentales”.